28.2.06

Frieda

"(...) << eso es precisamente de lo que estoy hablando >>, dijo Frieda, << eso es lo que me hace desgraciada, lo que me aparta de ti..., cuando no conozco mayor felicidad que estar contigo, continuamente, sin interrupción, sin fin, mientras sueño que no hay en la tierra ningún sitio tranquilo para nuestro amor, ni en el pueblo, y me imagino una tumba profunda donde estamos abrazados como tenazas, yo aprieto mi rostro en ti y tú en mi, y nadie podrá vernos jamás >> (...) << No es el gato que me asusta, sino yo misma. Y para eso no hace falta ese monstruo de gato, me sobresalto con el más mínimo ruido. Unas veces temo que te despiertes y todo haya terminado, y otras me levanto de un salto y enciendo la vela para que te despiertes deprisa y puedas protegerme >> "

Franz Kafka, El Castillo

Orgullo, Iniciativa, Agua, Aceite, Amor, Odio...

La Iniciativa propia es inversamente proporcional al Orgullo con el que el "iniciador" cuenta. Es decir: el Orgullo trunca la Iniciativa.
La Iniciativa, la verdadera Iniciativa, parte de lo que sentimos, de nuestro instinto, impulsivamente, no nace más que de otro lugar que del corazón. Dicen "haz lo que tu corazón dicte"... esto es "si tenés ganas, si así lo sentís, hacelo". Claro que como todo "hacer", esto trae consecuencias.
El Orgullo, que no es otra cosa que el Ego, el Yo, contrariamente, tiene sus bases en la disertación consciente, vale decir, el pensamiento.
Cuando el orgullo es muy grande, aplasta a los sentimientos: porque el que "siente" es débil, y si se es orgulloso lo que menos se puede mostrar es debilidad.
Es así como el orgulloso, por más que ame con todo su corazón, sienta con toda su alma o extrañe con toda su piel, se refugiará en el cascarón de su Ego, Egoizando todo, es decir, viendo todo desde su perspectiva orgullosa, perspectiva creada por él mismo y que le sienta más que bien. Es I-RRE-FU-TA-BLE: es así, y no hay otra manera.Esta dicta:

"no sentís eso, no sos vulnerable a eso, no necesitás a ese ni a eso, porque sos fuerte: tenés que salir adelante solo"

Hay una estructura característica se presenta en el orgulloso: este se dice a sí mismo,

"Estoy mal, se nota que estoy mal, se nota que soy débil... debo hacer algo para que no se vea que lo soy(vale decir, para mostrar lo contrario)"

Y así actúa, de maneras que no hacen más que evidenciar más que antes sus debilidades, sus amores, sus temores, sus sentires.
Así trunca su iniciativa, ya que aunque desee con su alma hablar con alguien, decirle "te extraño", decirle "te quiero", decirle "te amo", decirle "te odio", no dará lugar a este deseo incontenible que parte de su corazón, sino que más bien dirá

"no debo decir nada, no debo hacer nada, porque así muestro cuánto me importa me muestro a mi mismo, como soy, lo que deseo dar, lo que deseo recibir: lo que siento. Y si se entera, va a aprovecharlo para hacerme mal"

Lo cual da a entender que el Orgullo trae aparejada Paranoia. Sin importar las muestras que se reciban para corroborar que lo que menos se quiere es lastimarlos.

Pero saber todo esto de nada sirve a los fines prácticos, ya que el orgulloso nunca cederá a la demanda de sus propios sentimientos... y menos a la de los demás, claro está. Simplemente por eso, por que es orgulloso, y el orgullo puede más(o esta es la excusa)
Y así, aunque el orgulloso se esté quedando solo para siempre, aunque pierda lo más valioso de toda su existencia, aunque vea como se va lo que más ama en el universo, aunque sienta desaparecer el apoyo más grande que pueda recibir, nada hará al respecto. Con dolor, con todo el dolor del mundo... pero esforzándose porque no lo sepas. Prefiere el sufrimiento individual, en su caparazón, a la felicidad junto a quienes lo aman.
Lo que el Orgullo no tiene en cuenta es que no solo el orgulloso sufre...

Por un momento pareciera que el Orgulloso elige el camino más dificil, más esforzado, el del sufrimiento, pero al verlo más detenidamente, vemos que no es así: Uno no hace las cosas que desea por orgullo, sino que por este, deja de hacerlas.

26.2.06

El principio del final: un año después, nada cambió

Nada cambió. Mi amor volvió a mí, luego se fue nuevamente, para volver una vez más. Ahora se fue de nuevo.
Sigo llorando, y sin aprender a vivir.