5.3.06

Miradas que matan

A veces, muchas veces, uno peca de leer lo que quiere leer en los demás.
Si, es cierto, y no es raro hacerlo... más de una vez he hablado en este blog de lo cómodo que es mantener el punto de vista propio, de lo cómodo que ME resulta a veces: Asi no se arriesga nada de la propia subjetividad, no se la pone en juego.

Pero si hay algo que realmente me hace mal, es cuando uno lee EN SI MISMO lo que quiere leer, lo que le conviene: vale decir, se miente a sí mismo.
Me encuentro francamente cansado de eso.

Hay situaciones, comportamientos, miradas, sonrisas, que dicen por sí solas, no hay que leer nada. No todo hay que interpretarlo hasta el más ínfino detalle para verlo, no todo puede ser interpretado así: hay cuestiones que se agotan en su propio ser, SON, y nada más que eso. No hay con que darles.

Hay un viejo dicho, "El hombre es esclavo de sus propias palabras": Esto es 100% cierto. Y estas palabras, una vez pronunciadas no pueden ser retrucadas con más palabras.
También hay otro dicho, "Una imagen dicen más que mil palabras". Hay cosas que con verlas tiran abajo toda posible interpretación verbal.

¿Por qué carajo es tan dificil entender eso? ¿por qué es tan dificil ser coherente con uno mismo, aceptar lo que uno mismo busca, quiere, desea, siente? Aceptarse.

Lo que realmente pasa lo vamos a ver a través del corazón: en el llanto, en la tristesa y alegría, en la mirada: en todas las cuestiones que realmente NO PODEMOS CONTROLAR. Tampoco tratemos de controlar esto... uno cuando tiene cosquilas, no puede más que reirse, por más que busque lo contrario con toda su alma... Uno cuando tiene ganas de llorar, por más que no lo haga porque "se está controlando", lo muestar inconscientemente: en su voz, en su mirada, en su respiración, en el tono de sus palabras, ahogadas por el nudo en su pecho.
Lo que realmente pasa lo vemos cuando ese tipo que toda su vida fue un duro, un cuadrado, un moralista extremo, llora a mares, como un chico porque murió su ser más querido, y decimos "mierda, era humano nomás"

El pensamiento no sirve para otra cosa que controlar. Es la única utilidad que tiene: controlar.
Controlar las acciones, controlar los mismos pensamientos, controlar las emociones... TRATAR de controlar los sentimientos.
Pero cuando bajamos el sentir al pensar, cuando tratamos de controlar los sentimientos, estos de alguna manera salen, por algún lado aparecen: en una caricia, en una actitud, en una lágrima, en una mirada, en un gesto, en una sonrisa, en una sorpresa. Siempre aparecen, en las manifestaciones más simples de todas.
Y cuando aparecen y uno por un segundo se deja llevar por esto, se muestra tal cual es, ese es el segundo más hermoso de toda la existencia humana, para uno, para el otro, para todos.
Cuando uno ama, y no lo quiere decir, en algún momento se le escapa, sin darse cuenta un "te amo" donde venia hace rato planeando un "te quiero"

Un segundo, una sonrisa, una gesto, una caricia, pueden cambiar nuestra vida drásticamente. Pueden convertir el momento más miserable en el mejor de toda nuestra existencia.
Una puta mirada que diga "te quiero", que diga "te apoyo", que diga "te amo", que diga "estoy para vos y quiero que estés para mí", esa puta mirada es lo que te hace seguir adelante, hasta las últimas consecuencias.
Una mirada te puede revivir y hacerte la vida feliz, una mirada te puede matar, hacerte la vida miserable.

Al segundo próximo, quizás llegue un pensamiento a anular todo, y a tirarte abajo la torre de cartas de un solo soplido en la base...
Pero ese momento en el cual uno se elevó, ese momento en el cual uno se sintió, aunque sea por un segundo, una mejor persona, lo vale todo, desde el más grande amor, hasta el más intenso odio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

(No viene al post.) Ahora cualquier gil tiene blog. :P
Bueno, te leeré, no mucho, pero te leeré.